La actividad industrial genera una influencia notable sobre el medio ambiente destacando los riesgos generados por la contaminación del suelo, contaminación del aire, contaminación del agua, ruido y accidentes por explosión, incendios… de forma que compatibilizar el crecimiento económico y el progreso técnico con la protección de los valores ambientales y la conservación del entorno que le rodea, esto es, el desarrollo sostenible constituye un reto,para todos los agentes implicados debido a profundos cambios de normativa, las competencias de las Administraciones públicas, a crisis estructurales y a demandas sociales.